La firma japonesa Toyota tiene en mente vender en unos cinco años coches con la capacidad de cambiar de carril con solo pulsar un botón, algo que nunca antes habíamos visto en esta marca, que siempre se había mostrado recelosa de fabricar vehículos autónomos de cualquier clase.
Parece que todo ha cambiado y ha habido un giro inesperado en cuanto a estrategia, esto es lo primero que pensaron los asistentes a la presentación de sus planes, donde se pretende mantenerse por delante respecto a Apple y Google dentro de la carrera de construcción de coches autónomos.
Los funcionarios de Toyota, reunieron a los periodistas y los llevaron a una prueba de conducción de uno de los vehículos prototipo y en este caso se utilizó un Lexus GS modificado especialmente para poder entrar a zonas de tráfico y tomar diferentes decisiones de conducción en carretera mediante un complejo y vanguardista sistema de sensores, cámaras y un ordenador de a bordo de última generación.
Tal como declaró Montaka Yoshida, director de tecnología de seguridad de Toyota, “desarrollamos internamente esta tecnología desde el año 1990 y por ello tenemos una clara ventaja respecto a cualquier otra empresa, por eso vamos a trabajar para fortalecerla”.
Desde fuera, estamos viendo cómo la compañía está preparándose para lo que podría ser una revolución dentro del mundo de la automoción dado que ha contratado recientemente a Gill Pratt, el principal experto en robótica de la división de investigación del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Asimismo ha prometido 50 millones de dólares en fondos adicionales para poder investigar sobre la inteligencia artificial.
En Toyota sostienen que la tecnología de conducción autónoma funciona mejor, al menos de momento, cuando se usa junto a conductores humanos, haciendo un equipo, pero aún así, han querido avanzar que la versión de tecnología autónoma de 2020 pueda operar en caminos con peatones y semáforos, aunque para ello hay que trabajar mucho todavía.
Lo que sí han dejado claro es que, a pesar de todos los avances, serán los conductores quienes mantengan el control total sobre las decisiones de conducción en el vehículo. En el Highway Teammate, nombre del prototipo de Toyota, el conductor solamente tendrá que agarrar el volante o pisar el freno para anular las funciones autónomas.
Aún faltan bastantes aspectos legales al respecto y desde Toyota han advertido que tendrán que revisar en profundidad los reglamentos de tráfico y poder resolver los diferentes aspectos de responsabilidad civil y de producto antes de que puedan ser introducidos los vehículos en el mercado.
En Toyota tienen una base de trabajo muy amplia que abarca nada menos que 15 años y aunque todavía queda tiempo para que los veamos operar en las carreteras, no hay duda que éste será el futuro, de los automóviles en la carretera, o al menos parte de él.
