Como ocurre con todas las cosas, la publicidad ha ido evolucionando con el paso de los años y podríamos decir que lo ha hecho a la vez que la sociedad, aunque en ocasiones ha habido matices que diferenciaban completamente lo que se podía ver con la realidad.
La mujer siempre ha sido uno de los elementos que más representatividad ha tenido, especialmente a la hora de promocionar un anuncio. Todos nos acordamos de los anuncios donde una mujer atractiva y con curvas de infarto buscaba a Jacqs, donde se utilizaba a los atributos de la mujer para hacer que muchos hombres comprasen esa colonia.
Pero el papel de la mujer en la publicidad se remonta a mucho más atrás en el tiempo. Desgraciadamente hubo momentos en los que la mujer tenía un único cometido para gran parte de la sociedad masculina de nuestro país y muchos otros. Ella debía ser la mejor madre, la mejor esposa y también la mejor ama de casa, sin apenas libertad y sometida por la sociedad a ese rol.
Bajo esa premisa se hicieron muchísimos anuncios donde se pudo ver a la mujer adoptando ese rol que muchas han olvidado ya y que nos transporta a una época en el tiempo en la que no nos gustaría estar. Así era en los años 50 y 60 aproximadamente.
Una década más tarde, con la moda del destape, la mujer pasó a ser un objeto, donde se utilizó su imagen como atractivo principal para hacer que, especialmente los hombres, adquiriesen determinado producto, algo que aunque ya no se da tanto hoy en día, todavía podemos ver en algunos casos.
Según avanzó el tiempo comenzaría a aparecer una mujer trabajadora, durante la década de los ochenta aquello de madre, ama de casa y esposa se había acabado. Las mujeres comenzaban a ser independientes y autosuficientes y ello no interfería en absoluto con su labor de madre y de esposa.
Entre esa década y los años 90 también pudimos ver otro rol que nos retrotrae un poco a las décadas de los 50 y 60, aunque con diferencias. En esta clase de publicidad, hoy en día completamente censurada y prohibida en nuestro país, se veía a la mujer dominada, con un rol de total sumisión y complacencia hacia el hombre.
Las cosas han ido cambiando y recientemente hemos podido ver varios anuncios donde la mujer, completamente liberada, ha dejado de ser un objeto para que sea ella la que domine al hombre. Todo un universo donde la mujer ha adoptado infinidad de roles a lo largo de la historia de la publicidad.