El momento en el que el una persona sonríe, llora o simplemente asiente frente a un estímulo publicitario habremos conseguido no solo despertar su atención si no generar confianza en la marca.
Las marcas cada vez se alejan más de la imagen de poder y glamour e intentan provocar sentimientos y emociones en los posibles compradores.
Sin embargo, suscitar estos sentimientos en los espectadores es una meta muy ambiciosa que requiere poner en marcha la máxima creatividad e inteligencia de cualquier agencia.
¿Cómo empezar? Fácil. Lo primero que debemos hacer es catalogar los valores que mueven a la sociedad: amistad, amor, cariño, miedo, seguridad, etc. Y para continuar, detectar cuáles son las tendencias en ese momento, qué tipo de movimientos están de moda.
Os dejamos con algunos ejemplos de spots de grandes marcas que han apostado por la publicidad emocional.
Memorable es este spot de una multinacional que viene a llamarnos la atención sobre el consumismo, eso sí, si compramos sus productos estaremos más cerca de nuestras familias y nuestros hijos. Una obra maestra de la -manipulación- publicidad.
https://youtu.be/5egLxg_7mg0
Hasta en política se ha intentado la publicidad emocional. En este caso, un partido de derechas intenta conectar con un nuevo público, haciéndose valer de las tendencias de ese momento y el humor. Lo que no queda claro es si lo ha conseguido.
